martes, 31 de julio de 2012

UNA MAÑANA CUALQUIERA


Son las 7 de la mañana de un lunes oscuro y lluvioso. Las gotas de lluvia corren por el cristal de la ventana del autobús sin cesar. Al mirarlas me recuerdan a mis noches. Esas noches tan largas y vacías sin ti. Todos los días cuando la oscuridad deja atrás el día deseo que amanezca, no soporto este vacío, no soporto la falta de tu presencia a mi lado. Y lloro, lloro sin parar sumergida en los escasos recuerdos de cuando estábamos juntos, esos recuerdos llenos de caricias y sonrisas, de te quieros y promesas. ¿Dónde han quedado esas sonrisas? Creo que se me ha olvidado sonreír.




Ahora en este asiento de atrás de un autobús vacio de sentimientos estoy pensando en ti, en tu pelo suave como la seda, en esos ojos del color de la esmeralda más brillante, en esa sonrisa que con solo insinuarse derrite mis entrañas. En tus manos que con solo rozarme despiertan en mí el más puro deseo de más. En tus palabras dulces que me hacen sentir como la persona más afortunada de la tierra, incluso del universo. De repente invade mi mente el más fatal de mis recuerdos; el día que te marchaste de mi lado, el día que te tuve que decir adiós, el día que mi corazón se fue contigo dejándome tan sola en este mundo que no me entiende. Por mucho que intento deshacerme de ese momento fatídico, no soy capaz y las lagrimas vuelven a mis ojos como protesta a tu ausencia. Me seco las lágrimas disimuladamente y un insulto a una sonrisa asoma por mi boca, porque sé que no te gusta verme llorar, porque sé que si estuvieras aquí me dirías una bobería para hacerme sonreír. Nada de llorar entonces.



¡Uy! Ya estamos en la siguiente parada y hay gente que sube que se queda mirando con cara de compasión, como si ellos nunca hubiesen llorado por amor, como si nunca se hubiesen enamorado, como si nunca les hubiesen roto el corazón. Cuando se percatan de que yo también les miro, algunos apartan la mirada incómodos, y otros me miran con ojos dulces y me sonríen como si supieran por lo que estoy pasando, como si entendiesen que cada segundo sin ti es como una muerte lenta y dolorosa. Pasados unos segundos todo el mundo se ha olvidado de mí, he pasado a ser una anécdota más en sus anodinas vidas.



Hay días como hoy que creo que solo eres parte de mi pasado, que por mucho que desee estar otra vez a tu lado no volverá a suceder, porque vivimos en dos mundos muy alejados entre sí, no solo por la distancia terrenal. Somos dos personas venidas de dos mundos muy distintos, cada uno con nuestro pasado, y quizás, cada uno con nuestro futuro. ¿Tengo yo derecho a retenerte en mi mente? ¿Tengo yo derecho a sentirte mío, cuando quizás tú te sientas de otra persona? Pero otros días estoy decidida a luchar por ti, a luchar contra muros de hormigón, contra océanos de fuego si hace falta. Eres lo más especial que me ha sucedido nunca, eres lo que ha devuelto a mi vida la razón de ser, la esperanza de un futuro feliz. Te quiero y creo que sería capaz de hacer cualquier cosa por volver a estar a tu lado, por volver a sentir tus labios sobre los míos, por volver a mirar esos ojos que me inundan de calor y de alegría.



Tercera parada, sube gente conocida. Miro hacia fuera para que no me vean y me encuentro con mi reflejo en el húmedo cristal, avisto las primeras luces del alba, los primeros rayos de un sol oculto tras unas nubes grises que lloran unas gotas de lluvia frías. Me viene a la memoria el primer amanecer que tuve a tu lado, en aquella tienda de campaña tan vacía y tan llena a la vez. Vacía de cosas materiales pero llena de ti y de mí, pleno de sonrisas y besos, cargado de ternura. En mi mp3 suena una de las canciones que me recuerdan a ti, ¿Sabes que tengo una carpeta con todas esas canciones que compartimos? Quizá sea muy ñoñería, pero me hacen sentirte más cerca.



Ya hemos llegado a Vitoria, dejo que todo el mundo baje y luego me decido a salir. Hace frio, un frio húmedo y desagradable que hiela hasta los huesos. Abro mi paraguas y con los primeros pasos me sumerjo en un mundo de fantasía. Imagino que tus brazos me rodean mientras los primeros rayos de un sol cálido entran por las rendijas de la persiana. Sueño que me besas, sueño que me abrazas, que tu cálido cuerpo hace desaparecer hasta el último resquicio del frio que me rodea. El sonido de mi móvil me hace volver al mundo real. Vaya decepción, pensaba que eras tú. Después de guardar mi móvil vuelvo a sumergirme en ese sueño, imagino que me besas y que me dices lo mucho que me quieres. Como echo de menos tu dulce voz pronunciando esas bonitas palabras dirigidas a mí, solo a mí. Voy por las calles por donde un día pasee de tu mano, las mismas que observaron nuestras complicidades, nuestros arrumacos, nuestras risas… Es tan injusto que no estes aquí.



Al llegar a un paso de cebra, pienso que mi amor por ti no se puede expresar en palabras, que a no ser que alguien invente nuevas palabras para definir mis sentimientos de necesitarte cada segundo, las palabras existentes no me valen para decirte lo mucho que te quiero, lo mucho que necesito tu presencia a mi lado. Te quiero cada día, cada instante cada pensamiento, cada mirada cada palabra. No te amo en pasado, no te amo en presente ni te amo en futuro es un amor sin tiempo tampoco tiene distancias, es simplemente amor puro, cargado de ilusiones lleno de promesas. Te amo tanto que aún despierta te sueño y ya no sé si duermo.



Ya he llegado a la facultad, faltan 10 minutos para que empiece la clase, asique decido sentarme en una esquina donde no me vea nadie para seguir pensando en ti. Mientras más pienso en ti más me doy cuenta de que debería de darte las gracias por existir. Gracias y un millón de gracias por dejarme amarte. Gracias también porque contigo mis problemas se transforman en risas, y mis tristezas en alegrías. Porque me quieres, porque te quiero porque te amo, porque esto me ayuda…GRACIAS. Soy consciente de que me apoyas en cada segundo, en cada problema y en cada lágrima. Gracias por esto último también.Ya son las 9, hora de entrar en clase. Me dirijo hacia mi asiento mientras escucho una de las canciones que me recuerdan a ti. Sonrio y canto para mis adentros "por ti, por mi y porque el mundo es nuestro
tú no me abandones que yo ya haré el resto."


Llevaba tiempo queriendo publicar esto, pero por motivos que ahora no vienen a cuento, nunca lo hice. Hoy, después de mucho tiempo... 

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