domingo, 13 de marzo de 2011

PARA MIS AMIGOS


Existen diferentes clases de amigos: están esos que te entretienen contando hasta el más pequeño detalle de lo que pasó en esos días que no estuvo contigo, está aquel que siempre tiene una respuesta lógica a todas tus preguntas, está el que vive en un mundo sólo para él, el que habla y habla y aunque no le entiendes, lo escuchas.

Está el que te hace poner los pies en la tierra cuando te estás desviando del camino aún sabiendo que te vas a molestar con él y no pueden faltar esos que te cambian el día con su contagioso buen humor.

Y está el que te escucha con atención hasta la última palabra y te ofrece su consejo y que en ocasiones se sienta contigo en silencio, sólo para hacerte sentir que en este mundo tan complicado existe alguien que te comprende.

Todos ellos de alguna manera, y quizás sin que lo notes, aportan algo bueno a tu vida. Y cada uno tiene su manera de hacerlo, pues no todos logramos exteriorizar nuestros sentimientos de igual forma.
Es muy difícil expresar con naturalidad el afecto hacia otras personas, pero cada vez que lo hacemos estamos dando a ese alguien una parte de nosotros. Es increíble el efecto que causa en las personas una sonrisa, un abrazo. Si lo hiciéramos con más frecuencia estoy segura que esos días en los que uno siente que tiene una nube negra sobre su cabeza se despejarían. Tal vez no en su totalidad, pero nunca está de más saber que uno cuenta con personas que lo apoyan y, en ocasiones, darnos cuentas que no somos los únicos con problemas; que todos en su momento pasan por dificultades pero que estas no deben ser un impedimento para seguir, sino simples obstáculos que nos ayudan a madurar, y que el aislarse de las personas no es la mejor opción.

Sin embargo debemos tener cuidado, pues no todo el que nos sonríe es nuestro amigo. El saber escoger nuestras amistades no es fácil pero tampoco imposible, basta con pensar en esos momentos en los que necesitaste de alguien y ver quienes estuvieron a tu lado, haciendo referencia no únicamente a los malos momentos sino a todos aquellos tanto buenos y malos que de una u otra manera marcaron tu vida, tus victorias y tus derrotas. Aquellos que sólo aparecen en las malas no son amigos, son personas que buscan como escapar de sus vidas comparándola en eso momento con la tuya.

La amistad es uno de los sentimientos más puros que podemos experimentar. No temas expresarlo. Al contrario, se feliz y haz feliz a otros, no tienes que hacer mucho: basta con ser sincero y capaz de aceptar a los demás con sus defectos y cualidades formándote un criterio no a base de juicios sino de compresión y apoyo.

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